La importancia de la primera vez en la Realidad Virtual

Decir que le primera experiencia que tengas con la Realidad Virtual es algo que nunca olvidarás, es algo demasiado presuntuoso. El potencial de la tecnología es asombroso, y cuesta explicarlo a quien no lo ha probado, pero tampoco debemos sobredimensionar el poder de esta tecnología.

Es por eso que me ha costado un poco poder hacer memoria y recordar cuál había sido mi primera experiencia con la Realidad Virtual. He de decir que, en este aspecto, he sido una privilegiada ya que mi primera experiencia con la Realidad Virtual no fue a través de un dispositivo de gama baja a media, refiriéndome con ello a la Realidad Virtual que se ve a través de dispositivos móviles; sino que mi primera vez con la VR fue con un dispositivo de alta gama, concretamente las HTC Vive.

Las HTC Vive son unas de las gafas más potentes del mercado para Realidad Virtual, ofrecen al usuario una gran sensación de realismo ya que este puede moverse por el entorno (caminar, agacharse, acercarse y alejarse) como si lo hiciera en el mundo real, lo que dota a la experiencia de un alto grado de inmersión.

Pues bien, mi primera experiencia fue la visita a una vivienda virtual que habíamos desarrollado en Innoarea. La sensación, eso si lo recuerdo bien, fue increíble; era como si de verdad estuviera dentro de esa casa. «Yo no quiero salir de aquí», fue una de las primeras cosas que dije.

Y es que la Realidad Virtual te permite eso, sentirte que estás en otro lado, trasladarte a lugares que no tienes delante y eso es sólo el principio.

Pero igual de importante es esta sorpresa inicial, contraproducente puede ser para la gente sus primeras pruebas de acceso a la tecnología. Si la primera vez que nos ponemos unsa gafas de VR tenemos una mala sensación, nos mareamos o sentimos que lo que vemos es «muy cutre» esto tiene graves consecuencias.

Para esas personas que han probado malas experiencias de VR tendrán una concepción errónea sobre la tecnología, creerán que es un «engañabobos»; algo que no puede aplicarse a mejorar su vida y mucho menos sus negocios. Algo con lo que, en nuestra empresa y por desgracia, tenemos que lidiar cada día.

Por eso es muy importante tener una mente abierta a la hora de acceder a esta tecnología y, pese a las malas experiencias, no cerrarnos en banda y negar la implantación de la Realidad Virtual en nuestras vidas. Es como si pensáramos que las cosas no pueden mejorar.

La Realidad Virtual es cada vez más inmersiva y ofrece experiencias más completas, solo se trata de dejar algunos prejuicios de lado y estar dispuestos a sorprendernos porque la VR, además de muchas cosas, tiene ese poder; el de dejar sin palabras a aquel que la prueba por primera vez.

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